GALERIA

RESUMEN FOTOGRAFICO DE TODAS LAS EDICIONES DE MONTIEL MEDIEVAL


AÑO 2008 CONCURSO FOTOGRAFICO



AÑO 2007 CONCURSO FOTOGRAFICO



AÑO 2006 CONCURSO FOTOGRAFICO DE LA VIRGEN



 PRIMER PREMIO












RESUMEN HISTORICO DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LOS MARTIRES

La Orden de Santiago gobernaba sobre nuestro Campo de Montiel durante el siglo XV, época en la que advocara la imagen de Nuestra Señora la Virgen de los Mártires, Patrona de Montiel, con toda probabilidad como homenaje a los numerosos mártires de las sangrientas batallas contra los moros del vecino reino de Granada. Precursoras de la Virgen de los Mártires, existían en Montiel la Virgen de la Estrella, venerada en la capilla del Castillo de la Estrella y la Virgen de las Nieves que lo era en la iglesia del Castillo de Torres.

La Virgen de los Mártires tiene su ermita a tres kilómetros de Montiel, en dirección sur-este. Bordeando el río Segurilla por su margen izquierdo, alcanzamos la ladera de un cerro con una pequeña replaza, lugar donde los montieleños del siglo XV erigieron la ermita que acogiera a su Patrona la Virgen de los Mártires, dándole culto y veneración hasta nuestros días.

Desde su advocación, generación tras generación se han ido transmitiendo su fe y devoción por su insigne Patrona. Prevalecen las costumbres heredadas de nuestros antepasados de realizar el camino a pie en las múltiples visitas que personas de todas las edades realizan a la Virgen, unos para dar gracias por los favores recibidos y otros para pedirlos. Muchas son las enlutadas madres que antiguamente ofrecían un novenario a la Virgen, -subiendo la empedrada cuesta de rodillas, dejando su estela de sangre y sudor- para que protegiera a sus hijos en las guerras que nuestro pueblo tuvo que sufrir en todas las épocas. Los novenarios siguen vigentes en nuestro tiempo: son muchas las cuadrillas de mujeres y algunos nombres que, aprovechando el frescor de la mañana, madrugan para realizar la caminata hasta la ermita durante nueve días para rezar el Santo Rosario y la Salve, de esta forma cumplen las promesas de realizar un novenario cuando la desgracia en forma de enfermedad, trabajo, estudios, etc., invade la paz de las familias.

En la historia reciente de Montiel es destacable el multitudinario y fervoroso acto de la Coronación de la Santísima Virgen de los Mártires, celebrada el día 8 de Mayo de 1968, por el Excelentísimo y Reverendísimo Señor Obispo de las cuatro Ordenes Militares de Ciudad Real, Doctor Don Juan Hervás y Benet. El acto tuvo lugar en la plaza Mayor de Montiel, con la asistencia de las máximas autoridades civiles y eclesiásticas, así como numerosos fieles de Montiel y otras poblaciones de la comarca.

El Campo de Montiel ha sido siempre fiel a su tradición cristiana, muy posiblemente porque nuestros antecesores lucharon y entregaron sus vidas por defender su fe católica, fueron continuas las guerras con innumerables batallas, con abundante derramamiento de sangre por mantener nuestro territorio cristiano. Montiel fue la vanguardia y ejemplo defendiendo su territorio comarcal. En nuestros días coexiste esa misma vertebración cristiana que ha dado paso a la modernidad manteniendo la yuxtaposición de sus pueblos, ejemplo de ello fue la celebración del Año Mariano en el Campo de Montiel desde el día 7 de Junio de 1.987 hasta el 15 de Agosto de 1988, con la participación de los trece pueblos relacionados con sus vírgenes:

Alcubillas, con Nuestra Señora la Virgen del Rosario
Alambra, con Nuestras Señora la Virgen de Fátima
Almedina, con Nuestra Señora de la Virgen del Rosario
Carrizosa, con Nuestra Señora la Virgen del Salido
Montiel, con Nuestra Señora la Virgen de los Mártires
Pozo de la Serna, con Nuestra Señora la Virgen del Carmen
Puebla del Príncipe y Villamanrique, con Nuestra Señora la Virgen de
Mairena
Terrinches, con Nuestra Señora la Virgen de Luciana
Torre de Juan Abad, con Nuestra Señora la Virgen de la Vega
Ruidera, con Nuestra Señora la Virgen Blanca
Villahermosa, con Nuestra Señora la Virgen de la Carrasca
Villanueva de la Fuente, con Nuestra Señora la Virgen de los
Desamparados
Villanueva de los Infantes, con Nuestra Señora la Virgen de la Antigua

En 1.987 se construyó la Residencia de Ancianos de Montiel, tomando como nombre el de nuestra Patrona Virgen de los Mártires, cuya primera visita de la Virgen a la Residencia fue realizada el día 17 de Junio del año 1988, mediante procesión desde la Parroquia, llegando a las nueve de la tarde. Ese mismo día a las once de la noche se celebró un acto Mariano con las Juventudes de Montiel, por la noche nuestra Virgen de los Mártires fue velada y custodiada por los hombres y mujeres más ancianos de la Residencia. Al día siguiente 18 de Junio a las 8,15 de la tarde fue rezado el Santo Rosario, seguido de la celebración de una misa de campaña. Al finalizar los actos la Santísima Virgen de los Mártires fue llevada en procesión hasta la Parroquia.

Con fecha 28 de Abril de 1996, en Asamblea General de la Hermandad de la Virgen, se acuerda la construcción de la nueva ermita. Este acuerdo es comunicado a todo el pueblo de Montiel el día 22 de Septiembre de 1996 a las 12,30 horas en el atrio de la iglesia parroquial. Se pidió conformidad a todo el público asistente y fue aceptada la propuesta por unanimidad.

A finales de 1996 fue encargado el anteproyecto al Arquitecto Técnico D. Emilio Pacheco Sánchez, cuya presentación fue realizada el día 8 de Mayo de 1999.

Con fecha 13 de Julio de 1999 son autorizadas por el Obispado de Ciudad Real las obras de demolición y obra nueva del santuario, procediendo a la exposición pública de las condiciones de licitación de las obras.

El día 29 de Agosto de 1999 se realiza la apertura de las plicas de la subasta por el procedimiento negociado, asistiendo las empresas constructoras de Montiel que voluntariamente aceptaron la invitación de la cofradía, -se les invito a todas-. Las empresas que ofertaron fueron: “Construcciones M&S C.B.” “Ramón Badillo Arias” “Obras Garma S. L.” y “Obras y Contratas Jomar S. L”. El concurso fue adjudicado a Obras Garma, S. L., por el método de subasta a la baja.

Con fecha 12-08-1999 es solicitada licencia de obras al Ayuntamiento y es concedida por acuerdo plenario con fecha 12-11-1999.

El día 30-10-1999 es traída la Virgen en procesión desde la ermita a la parroquia, donde permaneció durante el tiempo que duraron las obras.

El día 21-01-2000 se firma el contrato de ejecución de obra con la empresa constructora.

El Estudio GEO-Técnico del terreno se recibe en Enero de 2000, y el día 21, los Arquitectos D. José Ignacio Sastre Cuesta y D. Emilio Pacheco Sánchez realizaron la señalización y replanteo de la nueva ermita.

El día 10 de febrero de 2000 empezaron las obras bajo la dirección de los arquitectos Don José Ignacio Sastre Cuesta, Don Gonzalo Ortega Barnuevo y Don Emilio Pacheco Sánchez.

El coste total de las obras fue de 261.295,54 Euros, cuya distribución reflejamos:

Aportación del remanente disponible de la cofradía: 50.000 Euros.

Aportaciones de 751 donaciones voluntarias nominales y anónimas efectuadas por personas y empresas de Montiel: 125.514,69 Euros.

Aportaciones voluntarias en especie de algunos profesionales que donaron el importe de sus trabajos.

Las obras se terminaron, gracias a Dios, el 20 de Febrero de 2002.

La nueva ermita fue inaugurada en acto solemne el día 24 de Febrero de 2002 a las 16,30 horas,

por el Obispo de Ciudad Real Don Rafael Torija de la Fuente, con misa concelebrada con nuestro Párroco Don Natalio González Castellanos y Sacerdotes invitados de la comarca del Campo de Montiel, a la que asistieron todos los miembros de la Junta Directiva de la Hermandad de la Virgen de los Mártires, el Alcalde Don Bartolomé Jiménez Moreno junto a toda su corporación y numerosos vecinos que abarrotaron la ermita y su recinto.

Como muchas de las vírgenes de todo el mundo, el último domingo del mes de Abril, la Virgen de los Mártires es traída en procesión desde la ermita hasta el pueblo. La Hermandad de la Virgen organizadora de los eventos, previamente junto con las Camareras ha procedido engalanar las andas y vestir la imagen con su manto. Después de la comida familiar, los hermanos cofrades inician la caminata hasta la ermita, seguidos por familias e innumerable cuadrillas de amigos que en continuo chorreo van realizando el camino a pie hasta llegar a la ermita. A medida que van llegando, gusta a niños y mayores tirar de la soga que hace tocar la campana, cuyo repicar ayuda a olvidar el cansancio que produce la empinada cuesta. En las puertas de la ermita se realiza la primera subasta de andas que da derecho a los oferentes a bajar la Virgen a hombros toda cuesta hasta el llano. Durante todo el camino hasta el pueblo, la virgen es porteada sobre los hombros de numerosas mujeres que ofrecen el sacrificio de soportar el peso de la imagen hasta que sus fuerzas se acaban, pero siempre hay alguna otra dispuesta a llevar las andas y relevar el hombro cansado. Los hombres por su parte realizan el camino pendientes de la imagen y las porteadoras para echar una mano cuando el esfuerzo es mayor y se requiere una ayuda. Todo el camino se realiza entre vivas a la Virgen que espontáneamente grita alguna persona: ¡Viva la Virgen de los Mártires……! A lo que todos contestan: ¡Viva……! Seguidamente se inicia algún cántico como: Viva la Virgen nuestra patrona…… Mientras tanto los niños corretean fuera del camino cogiendo florecillas del campo que se tiran unos a otros. No se tarda mucho tiempo en volver a escuchar algún otro grito de: ¡Viva la Virgen de los Mártires……! Un instante de silencio y se inicia otro cántico de los muchos que se le dedican a la Virgen durante todo el recorrido: Virgencita de Montiel……Virgen bendita tiende tu manto…. Al llegar a la entrada del pueblo la Virgen y su comitiva es recibida pro el Sr. Cura Párroco, iniciándose una larga parada para comenzar otra puja de andas, sirviendo como estrado los escalones de la casa del “Guardilla”. La subasta es dirigida por algún cargo de la Hermandad de la Virgen, la cual suele durar hasta media hora, pudiéndose alcanzar los trescientos euros por las andas delanteras y un poco menos por las andas traseras. Los ganadores adquieren el derecho de portear la Virgen por el recorrido urbano hasta llegar a la iglesia. El efectivo recaudado es destinado al mantenimiento de la ermita, procesiones, novenario y obras de caridad.

Se inicia el mes de las flores, mes de María la Virgen, con un novenario que cada atardecer y durante los nueve días la iglesia se llena de fieles para ofrecer a la Virgen sus oraciones. Coincide también con el novenario un acto entrañable y arraigado en las costumbres de Montiel, como es el Mayo a la Virgen, bello canto que ha pasado de generación en generación para que su inigualable música y poesía ensalcen la virtuosidad y belleza de todas y cada una de las partes de la imagen de la Virgen, empezando por la cabeza, recorre todas las partes de su cuerpo relatando con estrofas y versos la más esplendorosa belleza de mujer, madre de Jesucristo, hasta llegar a los pies, con cuyo verso finaliza el Mayo. La ovación no se hace esperar y con fuertes aplausos y vivas a la Virgen termina el acto aludiendo en corrillos lo bien que lo han hecho tanto músicos como vocalistas.

Coincidiendo con el segundo fin de semana del mes Mayo, se celebran las Fiestas de Mayo en honor a nuestra Patrona la Virgen de los Mártires, mediante Misa Mayor, procesión que al anochecer recorre las calles de Montiel, ensalzando a su Virgen todas las personas que acompañan a la imagen. Estas fiestas de primavera que se celebran durante todo el fin de semana, sirven para despertar del largo letargo invernal que nos ha tenido recogidos en nuestras casas al lado de la lumbre. Las fiestas de Mayo que organiza la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento son disfrutadas por personas de todas las edades, el programa es variopinto y tiene en cuenta a todas las personas, para ofrecerles espectáculos y actividades que entretengan y diviertan a grandes y pequeños.

Durante la estancia de la Virgen en la parroquia es costumbre muy arraigada que muchas mujeres y algunos hombres, realicen la “visita” a la Virgen, normalmente al atardecer cuando han terminado las labores del campo y otros trabajos en la ciudad. La Virgen permanece en la Parroquia hasta el 15 de Agosto. La víspera por la tarde es realizada una procesión solemne por las calles de Montiel como homenaje y despedida. Al amanecer del día 15, se entremezclan los cánticos del gallo con el tocar de las campanas que nos llaman a la misa de despedida. La iglesia se llena de personas de todas las edades, ataviadas con ropa ligera y pañuelos al cuello, calzado cómodo y pocas prisas. El párroco celebra la misa y despide solemnemente a la Virgen, seguidamente y, con el frescor de la mañana sale la Virgen en procesión hasta la ermita. Es una procesión muy numerosa, las personas mayores acompañan a la Virgen hasta el “arenal” donde dan su adiós con tristeza porque pierden la presencia física de su Virgen, o porque en su interior se preguntarán si este será el último. El recorrido a pie discurre con vivas a la virgen y continuas canciones religiosas. Al terminarse el llano y empezar la cuesta arriba se crea un ambiente especial, muchas mujeres tiene ofrecido subir a la virgen y redoblan su esfuerzo poniendo su hombro bajo un anda para dar sus particulares muestras de agradecimiento por algún favor recibido. Mientras tanto suena incesantemente la campana de la ermita anunciando la cercanía de la Señora de la casa. La cuesta se empina, pero las fuerzas se suman y todas y todos ayudan para que la imagen de la Santísima Virgen de los Mártires llegue a lo más alto… más cerca de su amado Hijo… más cerca del cielo…

Asociación Encomienda de Montiel
Hermandad de la Virgen de los Mártires



AÑO 2005 CONCURSO FOTOGRAFICO DEL CRISTO


PRIMER PREMIO
 









RESUMEN HISTORICO DEL SANTISIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN

La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración es venerada en la ermita situada a los pies del Castillo de la Estrella en la villa de Montiel, población que da su nombre a toda la comarca del Campo de Montiel, situada en el sur-este de la provincia de Ciudad Real.

La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración fue y es adorada por la totalidad de los pueblos que componen la comarca del Campo de Montiel, cuya protección espiritual alcanzaba a todos ellos. El tiempo y el desarrollo de poblaciones importantes en la comarca, junto a la decadencia de la fortaleza del Castillo de la Estrella, han ido reduciendo la pertenencia del Cristo solo a los pueblos colindantes de Villahermosa y Santa Cruz de los Cáñamos.

Las primeras referencias escritas sobre la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración datan de la segunda década del siglo XVI. En las Relaciones Topográficas de Felipe II ya se habla de una imagen de gran altura a la que se venera con gran devoción, cuya aparición aseguran que se produjo hacia el año 1520. Sin embargo, Bernardo Portuondo, en su Catálogo Monumental de la provincia de Ciudad Real publicado en 1917, afirmaba que la ermita debió construirse en el siglo XV, considerando que la hermosa talla del Cristo debía ser incluso anterior a esta fecha.

En las relaciones Histórico-Geográficas de 1565 en el capítulo 51 dice: “en esta villa hay una ermita del Señor Santiago que está junto a esta villa la cual es de mucha devoción y en una capilla de la dicha ermita está un crucifixo de un hombre de gran altura, el cual dicho crucifixo, están informados por ciencia cierta que en el año de mil quinientos e veinte se apareció en la capilla donde agora está en Cruz en un gran altar con mucha veneración… el cual hizo muchos milagros e ha hecho después acá…”

El Diccionario Geográfico de Tomás López encuentra una descripción fechada en 24 de agosto de 1795 que dice: “Ai una ermita sin título Nuestro Señor de la Expiración, imagen ermosa; se encontró bajo tierra en el siglo décimo cuarto; afirman muchos es echura de San Lucas…”

Esta imagen debió tallarse probablemente hacia el siglo XV, en todo caso debe coincidir con las primeras referencias escritas conocidas de 1520, como indican sus rasgos arcaicos y su anatomía. Representa un Cristo de gran tamaño en el momento de la expiración, con la cabeza ligeramente inclinada, pero manteniendo todavía los ojos abiertos. Sus largos brazos se abren para clavarse por las palmas de unas manos cuyos dedos permanecen totalmente extendidos. Sus desnudas piernas se cruzan para que un pie sobre el otro sean penetrados por un único clavo. Bajo ellos una calavera nos recuerda la finitud de la vida terrena, marcada por la muerte y por el gesto supremo de la Redención.

En el año 1536 las visitas nos describen la ermita como un edificio de tres naves con tres capillas: la central, en la que todavía se custodia la imagen de Santiago Apóstol; la del Evangelio, donde se encuentra instalado el Santísimo Cristo de la Expiración y la de la Epístola, adornada con un antiguo retablo que estaba presidido por una pequeña talla del siglo XIII de la Virgen de las Nieves. En la actualidad en este retablo se encuentra Nuestra Señora del Socorro.

Según consta en documentos custodiados en el archivo parroquial de la villa que datan de 1621, la denominación de Cristo de la Expiración se debe a la gran devoción popular a esta imagen, apoyada en los numerosos milagros que se le atribuyen , ya que inicialmente dicha ermita fue construida para advocación de Santiago Apóstol, patrón de la Orden de Santiago que empezó a instalarse en Montiel en el siglo XIII y principios de siglo XIV, al amparo de la cercana fortaleza del Castillo de la Estrella.

Para desgracia de todos, la antigua imagen descrita fue destruida y quemada a los pies de su propia capilla en 1936, quedando algunas pequeñas reliquias en manos de personas de moral creyente, cuya custodia pasa de generación en generación con la mayor discreción y respeto.

La imagen actual fue terminada de esculpir en Septiembre de 1939 por el escultor valenciano Cayo Liágana, respetando y guardando la máxima semejanza a su predecesora. El precio pagado por la nueva imagen fue de 5.000 pesetas.

Todavía se conservan costumbres ancestrales cuya tradición continua con la peregrinación de muchos habitantes de la comarca para visitar al Cristo todos los viernes del mes de marzo, y todos los últimos viernes de cada mes, días que es abierto el camarín para que pueda ser besada la imagen.

En 1984, siendo ya nuestro párroco Don Natalio González Castellanos, el Ilmo. Obispo nombró a Montiel y al Santísimo Cristo de la Expiración como centro de espiritualidad de la comarca, celebrando el día ocho de Abril el Año Santo de la Redención. Día muy importante en la historia reciente de nuestra villa de Montiel, cuya procesión fue desviada de su itinerario histórico hasta el campo de deportes a las fueras del casco urbano, donde en presencia de más de veinte mil personas, fue concelebrado por nuestro Obispo y todos los sacerdotes de nuestra comarca el acto litúrgico de veneración y exaltación del Santísimo Cristo de la Expiración en fervorosa Eucaristía, cuyos asistentes pudieron ganar el jubileo de ese año.

Las situaciones de máximo fervor hacia el Cristo, siempre vienen precedidas de grandes sequías que afectan negativamente a las cosechas de nuestros agricultores, los cuales recurren a nuestro Cristo para rogarle los favores del agua tan necesaria para sus campos, que como es lógico, siempre coincide con el final de la primavera. Para ello solicitan a la Junta Directiva de la Hermandad del Cristo que inicien gestiones ante los Párrocos y Alcaldes de los tres pueblos (Montiel, Villahermosa y Santa Cruz de los Cáñamos) para que acuerden las fechas para iniciar las rogativas previas a sacar la imagen del Cristo en procesión hasta la Parroquia.

Las rogativas consisten en la visita de la Virgen de los Mártires a su Hijo el Cristo de la Expiración, mediante procesión desde la Iglesia Parroquial hasta la ermita del Santo Cristo durante nueve atardeceres, en cuyas visitas todos los siervos acompañando a la Virgen de los Mártires piden en oración al Santo Cristo que les conceda la gracia de la lluvia. Si el Santo Cristo concede en estos nueve días la gracia del agua, el favor se da por hecho y recibido con fe y alegría, al tiempo que popularmente se comenta: El Cristo no tenía ganas de salir…Por el contrario si no llueve la imagen del Cristo es sacada en procesión hasta la Iglesia Parroquial. A esta procesión de gran renombre acuden miles de fieles peregrinos de todos los pueblos de la comarca del Campo de Montiel, a cuya cabeza suelen llegar sus máximas autoridades.

La noche anterior a la salida en procesión, la imagen del Santo Cristo es colocada en sus andas y, según la tradición popular, siempre se han registrado grandes estruendos de viento, que avisan a los sentimientos de los vecinos de que su venerada imagen está saliendo de su camarín.

Cada uno de los tres pueblos tiene potestad sobre los diferentes elementos, que por tradición, son necesarios para la procesión: las andas, las horquillas y las cintas rojas. Sobre las andas tiene potestad Villahermosa, cuyos vecinos pueden pujar en la subasta pública que se realiza para que las cuatro mejores ofertas dinerarias (por orden decreciente: delantera derecha, delantera izquierda, trasera derecha y trasera izquierda) puedan tener el honor de portear al Santo Cristo en la procesión. Sobre las cuatro horquillas engalanadas que ayudan a mantener la verticalidad de la cruz, tiene la potestad Montiel y de igual forma y manera son subastadas entre los vecinos. Sobre las cintas de raso rojo que penden de la cruz, dos por delante de las andas y dos por detrás, son potestad de Santa Cruz de los Cáñamos que también subasta entre sus habitantes. Toda la recaudación de las tres subastan es entregada a la Hermandad del Santo Cristo quien administra los fondos que siempre son destinados al mantenimiento y mejora de la ermita.

Llegado el día de la procesión que coincide con el fin de semana siguiente a los nueve días de rogativas, las autoridades y vecinos de Montiel con sus galardonadas horquillas se dirigen hacia las afueras del pueblo para recibir a la hora acordada de las cuatro de la tarde, a las autoridades y vecinos de Santa Cruz de los Cáñamos que, en ordenada comitiva, llegan a Montiel por diferentes medios de transporte que el tiempo ha ido modernizando, antiguamente en carros con mulas o andando y ahora en tractores con remolque o coches. Después de dar la bienvenida a nuestros hermanos de Santa Cruz de los Cáñamos, nos entremezclamos por las calles de Montiel cruzando el pueblo de Sur a Norte, para que a los pies del Castillo de la Estrella, los rabudos y toperos procedamos a recibir a nuestros también hermanos calduchos de Villahermosa, que han realizado el camino andando. En este momento se forma la comitiva de Alcaldes, Párrocos y vecinos de los tres pueblos que con amor fraternal y el mismo fervor a nuestro único Santo Cristo nos dirigimos a la cercana ermita para iniciar la tan ansiada procesión.

La procesión va encabezada por la cruz y estandartes que portan los monaguillos, que preceden a la imagen del patrón de Montiel San Sebastián Mártir, acompañado por tambores y cornetas. Seguidamente con filas de armados es llevada la Virgen de los Mártires. Cerrando la procesión con banda de música es porteada lentamente a hombros la altiva y siempre por todos venerada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, cuya cercanía persiguen insistentemente todos sus fieles hijos. Durante todo el recorrido se van escuchando como salen de las gargantas creyentes los gritos de: Viva el Santo Cristo de la Expiración…! Agua Santo Cristo, agua San Ramón…! El primer kilómetro transcurre lentamente sobre los hombros sudorosos de los fervientes porteadores, con paradas intermitentes por la también llamada calle del Cristo hasta la Plaza Mayor, parada obligada para el descanso bajo la sombra de los árboles. En este importante momento la figura del Santísimo Cristo de la Expiración es exaltada por los párrocos de los tres pueblos, con palabras de amor hacia Jesucristo único Hijo de Dios y a su Madre la Santísima Virgen de los Mártires. También somos llamados todos los fieles a compartir con Cristo el peso de la Cruz, a compartir con El nuestros pesares y alegrías y sobre todo a reflexionar sobre nuestro comportamiento con nuestros semejantes menos favorecidos. La segunda y última etapa, un poco más corta, llega hasta la iglesia parroquial, en cuyo atrio se hace la parada más larga para que cada fiel pueda sentir la cercanía de la imagen y en silencio pida las gracias que cada persona más necesite. Llegada la noche la imagen es introducida en la iglesia para ser instalada en el altar mayor, lugar preferente donde permanecerá durante el novenario.

La noche siguiente se inicia al novenario al Santo Cristo al que asiduamente asisten fieles de los pueblos de la comarca. Noche tras noche la iglesia se llena de fieles que con voz unísona piden el agua que remedie los males de sus campos. Una vez terminado el novenario se organiza nuevamente la procesión hacia su ermita que ahora recorre en solitario, triunfante y rodeado del fervor y agradecimiento de todos los acompañantes que celebran con vivas el milagro de la lluvia.

Es verdaderamente sorprendente la multitud de ocasiones que en plena procesión, iniciada bajo un sol radiante, vayan acudiendo nubarrones precursores del agua que poco a poco se acercan a nosotros para iniciar el proceso del milagro. Con las primeras gotas de agua las gentes silencian sus gargantas anudadas por la emoción y hasta los menos creyentes miran hacia el cielo con sus ojos llorosos, sobre sus mejillas cae el torrente de lágrimas que se entremezclan con la lluvia del cielo, para llegar hasta lo más profundo de sus corazones adormecidos, donde nuevamente renace el verdadero milagro de la fe en nuestro Santísimo Cristo de la Expiración.

Si alguien tiene dudas en creerlo, que venga a Montiel.

Asociación Encomienda de Montiel
Hermandad del Santo Cristo






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